domingo, 18 de noviembre de 2007

LO QUE DA DE SI UNA TARDE DE SÁBADO Y …ESA ESCALERA DE DIOX!

Tarde de noviembre, fría, de ese frío gijonés que no marca el termómetro pero que traspasa los huesos (temperatura de 14º y sensación térmica de 4º, con un gran contenido de humedad en todo el cuerpo incluido el cerebro, je, je, no de alcohol). El muro no es precisamente el lugar más abrigado y seguramente los centros comerciales están igual de animados, pero no es lo mismo. Si en Gijón hay algo maravilloso es la playa (lógicamente con la mar) y entorno.
En la arena hay partido de fútbol; el agua al retirarse dejó una superficie lisa e inmensa, compartida por corredores, paseantes y perros, (¿cuántos perros hay en Gijón?, ¿alguien lo sabe?).

Por el muro nos repartimos el espacio los de a pie y los rodantes (patinadores y ciclistas).

Un pintor intenta promocionar su trabajo (no me gusta, es más un dibujante que un pintor, pero para gustos si hicieron colores). Y para color el azul. Bueno al menos ese será el color que tendremos que ver cuando esté terminada esa nueva imagen de la fachada de Gijón. Tampoco me gusta esa idea de uniformidad, de lavado de cara, a costa de todos los contribuyentes; seguiremos teniendo la misma sombra pero eso sí como de ciudad del futuro, fría y un poco inhumana (sin gente en las ventanas).

En el agua hace prácticas la fragata de la Guardia Civil; eso, o están borrachos.

Hay una nueva polémica en esta ciudad nuestra. Se abrirá una nueva escalera.
Y bien: renumeramos o le ponemos un nombre. Será previa a la escalera 1, y aquí empiezan los problemas. La escalera 0 suena a inexistente. Cambiar la numeración es bastante duro; ¿encontraremos a nuestros amigos con los que nos vemos tomando el sol, todos los años, en la escalera 13?, ¿debemos movernos o simplemente será la 14 donde nos encontremos?. La iglesia propone que la escalera sea de San Pedro; bueno …quizás sea el mejor sitio para llegar al cielo.
(Es broma, es un sitio ideal para darse un chapuzón.)


Es hora de darse otro tipo de chapuzón (y sin mojarse las manos).


Nunca morirán las sidrerías clásicas (es un decir) pero toca modernizarse.



Tiene sus ventajas tomar sidra digital. Compras tu tarjeta (un mínimo de dos euros), y te tomas todos los culines que quieras, sin que nadie te marque el ritmo, bien escanciada, vasos para todos, y, si decides no tomar más, lo que te sobra para otro día .


Es de noche (no una noche de perros porque estos ya se han ido), hace frío, San Pedro se refleja en el agua.
¿Seguirá siendo ésta la escalera tres?



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